Además de la diferencia en la cantidad de semanas cotizadas que los trabajadores necesitan para poder pensionarse, existen otras diferencias cruciales entre estas dos leyes de seguridad social. Le recomendamos tenerlas en cuenta a la hora de defender sus derechos. Las mismas se resumen en este cuadro.

1250 semanas cotizadas son, aproximadamente, 25 años de trabajo en el sector formal. Mientras que 500 se encuentran en alrededor de 10 años de labores en la actividad privada. Tenga en cuenta que ambos cálculos son un estimativo promedio y no aplican específicamente a su caso particular.

Esta es otra de las dudas conceptuales que pocos logran despejar. Si bien se suelen usar ambos términos como sinónimos, cada una de estas palabras hace referencia a cuestiones diferentes. La jubilación consiste en la etapa de retiro y finalización de actividades de un trabajador. La pensión hace referencia a la remuneración económica que, por ley, el Estado mexicano debe proveer mensualmente a un trabajador en su periodo de retiro o jubilación.

Los requisitos para obtener su pensión se enumeran a continuación.

• Debe tener, al momento de realizar la solicitud: a) 60 años para pedir la pensión por cesantía b) 65 años para exigir la pensión por vejez.
• Cotizar, como mínimo, 500 semanas (si en su caso rige la ley IMSS de 1973) o 1250 semanas (si su jubilación se rige por la ley de 1997).
• No contar con un trabajo formal, ya que no puede seguir cotizando al IMSS luego de realizar la solicitud.

Si Usted también confundió una con otra, no es el único. La diferencia consiste en que en la pensión por vejez (obtenida luego de cerca de los 65 años) se adquiere el 100% del monto de la pensión. Mientras que, en la pensión por cesantía, el porcentaje de la pensión (a partir de los 60 años) varía según la edad de la persona. Utilice esta tabla para ilustrarse.